Conjurada.
Lenguas torcidas se imponen
y caen como una pesada niebla
sobre el ancestral discernimiento.
Tú te afanas por disipar ese ruido
elevando pretéritas plegarias
en pos de un saber olvidado.
Indagas en los arcanos de manera diligente
y te guías por las pistas
que el pasado fue sembrando.
Prendes humildes luceros
desperdigados por entre las brumas
de un gaseoso vacío.
Invocas al buen sentido
que aletargado dormita
en el sueño de los justos.
Herética e irreverente,
exiges que un nuevo rumbo
nos conduzca a algún destino.
No te rindes ni doblegas
y por eso, los que mienten,
te difaman por sistema.
Comentarios
Publicar un comentario