Aseverando.
Tras un hálito conciso,
en un repunte de honestidad orgánica,
se manifiesta el modo en que han de escribirse
los encubiertos pasajes
de tus oficiosas memorias
y cómo,
ante la vigorosa obstinación
de ese empuje que te arroba,
cualquier atisbo de tu;
en otras circunstancias;
recatado y forzoso individualismo
queda desbaratado
por la pureza de un ahora
compartido, irrepetible e insobornable.
Frente a esa irrupción desatada,
plantando cara a lo que dabas por sentado,
pasas a ser una excepción de ti misma,
punto y aparte de una apariencia impostada
fruto de tantas y tantas decepciones
que permanecían hacinadas
usurpándole el espacio
a tu verdadero propósito.
No es tanto una ofrenda como una enmienda;
enmienda a todo cuanto sobra,
a todo cuanto se empeñaba en distraerte
haciéndote mirar en la dirección incorrecta.
Y es así, reconciliada con lo que siempre debería haber sido,
como dejas patente la voz
que realmente quieres que se escuche.




Comentarios
Publicar un comentario