Por tierra y por aire.
Un sabio sin apego a
los peines
definió la distancia;
y el tiempo;
como un valor
relativo.
No sé qué pensar
de tan aventurada
afirmación
inmerso en la pugna,
que media entre
ambos,
por acumular más
kilómetros
en nuestra cuenta
personal.
Duelo bien desigual
en el que tú me
aventajas,
de forma ostensible y
clara,
con el aval de unos
hitos,
según parece,
arrendados.
¿Te has parado a
pensar,
desde el más puro
empirismo,
las veces en que…;
sumando tus pasos,
unos tras otro;
tus sueños te han
empujado
a bordear este mundo?
Sumida en ese pulso
cartográfico;
íntimo y, hasta
incluso, pretendido;
¿cuántos suspiros has
ido dejando sembrados?
¿cuántos pensamientos
has arrancado al olvido?
¿cuántos paisajes has
visto solaparse?
¿cuántos temores han
alfombrado el camino?
Son varios años de un
viaje,
en diferentes
sentidos,
que pasó de ser
tedioso
a rebelarse plenario,
y…, en las escalas,
que en pos del otro,
vamos marcando en el
mapa,
plantamos la enseña
con los colores
que escogimos al
efecto de presidir la embajada
de un sentir que,
aunque es errante,
no por ello es
pasajero.
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