Vísperas.
Personada en la
antesala
donde velarás tus
armas
recitas de nuevo tus
votos
ante el altar de tus
ansias.
Eres tú misma la
prenda
que se ofrece en
holocausto
en virtud a la
promesa
que tiempo atrás
formulaste.
Horas de sueños
cautivos
que al devenir son
anclados
sobre un presente que
asume
un futuro ya
inmediato.
Prisionera convencida
y entregada a un
cautiverio
mientras te elevas,
ligera,
liberada de
prejuicios.
¡La esclavitud tiene armas que nos negamos a asumir!
ResponderEliminarDicen que no hay mayor entrega que la libertad cedida.
ResponderEliminarBello poema, Caballero.
Mis saludos y feliz tarde.
No hay mayor esclavo que aquel que consciente de su cargo, obra con justicia y no con beneficio. Incluso en el sexo el honor es fundamental dependiendo de para quien y el porqué.
ResponderEliminarLos versos, como siempre, me encantaron. Hoy especialmente por lo identificada que me resultó al leerte. Thanks.
Emocionada a cada letra, sabiendo de donde nace y sorprendida a pesar de conocer como emanan Tus palabras de cada verso que me concedes, y sintiéndome especial de ser musa de Tu sentir.
ResponderEliminarNo puedo parar de leerlo y así deseo intensamente ser capaz de satisfacer todos esos anhelos que trascienden.
Ojalá jamás defraude Tu querer y pueda seguir por siempre amándote en mi esclavitud.
T'estimo molt
A Tus pies