Pascuas qarpadias.
Ya os he comentado en algún
momento que, a pesar de contar con una nutrida variedad de celebraciones
propias, la gente qarpadia no suele mostrarse excesivamente escrupulosa con
aquellas otras conmemoraciones que les llegan de afuera. Que un significativo porcentaje
de su población tenga un origen foráneo ya ayuda bastante a entender este
fenómeno; pero…, cuando ya se lleva cierto tiempo conviviendo con ellos,
termina uno por darse cuenta de que no necesitan de demasiados pretextos para
adherirse a cualquier clase de efeméride susceptible de ser festejada.
La navidad no constituye para
ellos una excepción en este sentido y, aunque sea despojándola de sus sentido
más religioso, continua conservando por estos lares buena parte de su
iconografía y espiritualidad (si se me permite el empleo de este término) tan
presente en buena parte del planeta. Por ello, en estos días, no es extraño ver
por aquí las coloridas luminarias que inundan las calles de fantasía durante
las frías noches de adviento; ni, tampoco, encontrarse con el consabido abeto
navideño ocupando un lugar de preferencia en muchas residencias. Entre los
qarpadios, este periodo también resulta especialmente pródigo en lo que a
intercambio de obsequios se refiere; aunque…, como sin duda ya habréis imaginado,
tienden a ser de naturaleza bien distinta a la que solemos estar acostumbrados.
No obstante, la mayor diferencia
en la forma de encarar esta festividad en relación a otros lugares tal vez
estribe en la utilidad última que, a través de ella, se espera obtener. Así como
en otros sitios la esencia de estos días parece estar marcada (aunque, en
ocasiones, se manifieste de manera un tanto hipócrita) por los deseos de paz y
hermandad, las acciones caritativas y una especie de bondad sobrevenida; en
Qarpadia, estas jornadas, se tienden a emplear como una suerte de “periodo preparatorio”. Preparatorio…
¿para qué? – os preguntaréis. Pues bien. Quizás inspirándose en uno de los
aspectos esenciales de la natividad como es el advenimiento (en este caso del mesías),
y entroncando un poco con esos recurrentes propósitos que muchos solemos
hacernos de cara al año nuevo, los qarpadios parecen haber llegado a la
conclusión de que la mejor forma de disponerse adecuadamente para lo que está
por venir es planificar con algo de esmero, y una cierta antelación, aquellas
actividades que sabemos que habrán de acometerse. Por todo ello, durante estas
semanas, aprovechan para realizar una especie de ejercicio de autoevaluación;
tanto a nivel personal como colectivo; con el fin de depurar los posibles
errores que pudieran haberse cometido durante el año que está a punto de expirar
e incidir, en la medida de lo posible, sobre todo aquello en lo que exista un
cierto margen de mejora.
Este planteamiento puede parecer
un tanto contradictorio habida cuenta del insistente empeño que muestran los
qarpadios por vivir el momento en plenitud. Pero, como ellos mismos suelen
apuntar con frecuencia…, “para poder gozar del momento sin agobios no
resulta conveniente fiarlo todo a la improvisación”.
Compartáis o no tan compleja filosofía,
quiero aprovechar para desearos a todos unas muy felices fiestas y; como no
podría ser de otro modo; un fecundo, próspero y apasionante año nuevo.
QUE DISFRUTÉIS A TOPE Y EN LA
MEJOR COMPAÑÍA DE ESTAS NAVIDADES.
Felices fiestas para ti y los tuyos.
ResponderEliminarMil besitos.
El alumbrado impúdico, a la hora de gastar bombillas.
ResponderEliminarSea como sea, mis buenas intenciones y mis mejores deseos para usted y los suyos.
ResponderEliminarMis más sinceros saludos, Caballero.
Buenas Fiestas.
Como siempre eres capaz de dotar de una perspectiva màgica a todo aquello que toca Tu mirada y por eso siempre quiero permanecer cerquita para ser capaz de ver a través de Ti y disfrutar.
ResponderEliminarBesines dulces
A Tus pies