Rincón lóbrego.
La nueva semana que está a punto
de comenzar, contará en su ecuador con la presencia de una festividad cuyos
orígenes se remontan a la noche de los tiempos y que, en la actualidad, ha
quedado revestida de múltiples interpretaciones, así como de una nutrida
muestra de elementos folclóricos. Si bien su razón de ser continúa siendo el
recuerdo y la honra hacia nuestros difuntos, no deja de haber quienes buscan
extrapolar una parte (aquella en la que intervienen, en gran medida, los
elementos que se han ido añadiendo sobre el concepto original) a lo que vendría
a ser su propio “modus vivendi”.
El rincón de hoy va un poco en
esa línea en tanto pretende exponerse como un pequeño guiño; aprovechan la
coyuntura del momento; hacia todas esas personas que gustan de adaptar a su mirada
cierta orientación jalonada de tétricas reminiscencias. Yo soy más de invocar a
la penumbra que a las tinieblas propiamente dichas, pero, en esta ciudad,
siempre se ha intentado reservar un pequeño rinconcito para todos y, en algún momento, estaba claro que saldría
a relucir alguno de este tipo.
Que disfrutéis, pues, todos
vosotros, de una muy feliz, ni no demasiado “aterradora”,
jornada de domingo.
Un poco impone pero el encanto lo tiene.
ResponderEliminarMis saludos y feliz fin de semana, Caballero.