Libaciones oportunas.




No es cuestión de sed;
o tal vez sí,
aunque de otro tipo;
lo que te mueve a aceptar
el obsequio destilado
que tengo a bien ofrecerte.

No necesito embriagarte
para obtener tus favores;
sé que los tengo al momento
sin necesidad de argucias.
Mas…, ahora, veo oportuno
disipar por un momento
todo el peso innecesario
que acumulas en silencio
por un exceso de celo.

Soy de pensar que… un sorbito
del elixir adecuado
no embotará tus sentidos
ni menguará tus encantos.
Muy al contrario, aventuro
que, con la dosis precisa,
se diluirá algo el enojo
que se ha ido generando
con tantos discursos fatuos
y urgencias insustanciales.

Venga el brillo a tus ojos
y el color a tus mejillas.
Evapórese la angustia
y compartamos el tiempo
de estar juntos sin horarios,
sin prisas ni obligaciones,
priorizando, únicamente,
deleitarnos con el otro.



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