Ligaduras que liberan.

 


Al final del día,

en la inmensidad introspectiva

de tus pensamientos,

te cuesta horrores

desembarazarte del hastío

inducido por tanto necio

que revolotea en rededor tuyo.

Como pesados plomos,

intentan arrastarte

a un profundo y oscuro

abismo de decepciones

tan prescindibles como redundantes.


Pero..., ¿quién lo diría?

En el abrigo de tu hogar

caes prisionera de otros influjos.

La férrea mano

de un impulso explicito

y desprovisto de fingimiento,

te apresa para conducir 

tu indómito espíritu 

por la senda del pecado primigenio

liberando para siempre,

contra todo pronóstico,

 tu ser del estéril lastre

de una esclavitud convencionalizada.

Comentarios

  1. Excelente!!

    Mil besitos y feliz miércoles.

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    1. Muchísimas gracias Aurora. Me alegra saber que te ha gustado.

      Recibe un afectuoso saludo.

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  2. Sólo Tu, mi Señor, puedes comprender la esencia que encierra mi persona, como vive cuando abandona la lucha común y se entrega a la calma de su deseo.

    Todo aquello que me rodea trata de restar pero de esa forma me enseña el valor de volver a Tus brazos en nuestro hogar.

    Como siempre, precioso texto y mejor sentimiento.

    T'estimo molt
    A Tus pies

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    1. "La calma del deseo", concisa y original forma de describirlo. Es más que probable que te robe la expresión.

      Independientemente de ello, sin duda (y a pesar de todos los impedimentos e inconvenientes que surgen por el camino) la verdadera esencia siempre encuentra un resquicio por el cual colarse en nuestras vidas.

      1b y 1a mi dulce, y "clarividente", sierva.

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