Benignidad simulada.

 

Pocas cosas producen un daño tan profundo, permanente y soterrado como el engañoso y socialmente aceptado "buenismo" que emana de lo "políticamente correcto".

Tras una pátina de aparente tolerancia y cordialidad sin reservas se suelen ocultar otro tipo de pretensiones mucho menos altruistas que..., por otro lado, poco tienen que ver con la empatía hacia los demás. Demasiadas veces no se trata más que una suerte de astuta y taimada "preparación". Una anticipada coartada que justifique posteriores acciones de dudosa conveniencia ganando, de paso, adeptos a la causa de una comprensión injustificada que se sustente en el clientelismo de una colectividad gregaria que termina atrapada en una retorcida y malsana "cadena de favores".

Nada es tan sencillo como suele parecer a primera vista. Nada es del todo blanco o completamente negro. Esa es la principal razón por la cual los qarpadios desconfían tan abiertamente de todo el que pretenda convertirse en "profeta de lo fácil" pues..., al menos, ya deja claro que entre sus prioridades no figura la de afrontar las dificultades que pudieran presentarse. Esa es una de las principales razones por las que aquí, en la nación invisible, prefieren a las personas capaces de bregar con sus propias frustraciones antes que a esas otras que piensan que es responsabilidad de los demás el hacerlo por ellas.