Visos azabache.

 


Si en estos días os paseáis por nuestra ciudad, observaréis con relativa asiduidad un patrón de vestimenta bastante característico. Durante la próximas jornadas, cuando se supone que más se han de notar los rigores del invierno, es cuando un tono de negro en particular, de aspecto bruñido y apariencia rígida, se impone sobre el resto de usos estilísticos.

No me preguntéis cuál es la razón. He intentado informarme acerca del origen de esta curiosa conducta y lo cierto es que obtenido explicaciones de todo tipo; si bien ninguna se me antoja concluyente. Que si es una especie de luto por la luz que se le escapa a los días; que si puede tratarse de los retazos de una antiquísima celebración, que tenía lugar por estas fechas, y que ha llegado hasta nosotros desprovista de su transfondo original; que si se trata de una moda puntual que pudo surgir en un momento dado y que ha encontrado una forma de perpetuarse... En fin, que mucho me temo que nos encontramos ante uno de esos acontecimientos caprichosos cuya explicación no queda demasiado clara pero que, de todas formas, ahí está; reapareciendo periódicamente como muestra definitoria de un abigarrado folclore.

Sea como fuere, tal vez a modo de escenificación alegórica, veréis cómo se irá haciendo más evidente en los próximos días para..., después, ir disipándose poco a poco conforme se vaya intuyendo la primavera.

Comentarios

Entradas populares