Desde tu lado de mi vida.

 



No llegaste en mi mejor momento

y..., aunque tú también tuvieras tus "cosas",

tampoco es que yo te lo pusiera muy fácil.


Pero..., con todo y con eso,

perseveramos..., perseveraste,

y, poco a poco, te fuiste abriendo un hueco

en el fortificado reducto

que había erigido en rededor mío.

Tu tozudez, otrora inoportuna,

se reveló proverbial

aunque hubiera algún tropiezo. 


No desististe y..., casi sin darme cuenta,

te apropiaste de una parte de mi espacio;

el mismo que..., inconscientemente,

siempre había estado reservado.

Reservado para quien..., como tú,

contara con los méritos y el valor de reclamarlo.


Y..., ahora, moras en él,

ocupando lo que antes fue un vacío,

disipando el vértigo de aquella ausencia,

ubicándote con precisión milimétrica

en el mapa de mi sentir.


Tengo claro dónde encontrarte,

sé qué harás y lo que esperas,

casi en cualquier instante.

Pero no ignoro que esas cosas

si las sé..., probablemente, 

 es porque vives muy dentro.


Comentarios

  1. Qué bonitas palabras.
    Cómo cuesta derribar corazas cuando te han herido, porque estaba herido, pero ha merecido la pena. Gracias.

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    Respuestas
    1. Que levanten la mano quienes carezcan de heridas, que alcen la voz quienes aprendieron de ellas.

      Por otra parte, aunque inmerecidos..., se agradecen tus elogios.

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