Purgatorios de infamias.
Más allá de los lindes de nuestra ciudad, a resguardo en remotos y sombríos parajes, existen lugares específicamente diseñados a dar una última oportunidad a quienes, habiendo manifestado su voluntad de permanecer en el seno de esta comunidad, no han sabido (o no han querido) mostrar la debida aquiescencia para con los estatutos por los que se rige.
Se trata de lugares en los que, compactas y sombrías arquitecturas, sirven de marco a recias enseñanzas enfocadas a imprimir la debida templanza a quienes han optado por un permiso de residencia de carácter muy específico.
No sirven las medias a la hora de refrendar los compromisos previamente establecidos y, en tanto no se oficialice una clara e irreversible renuncia a todos privilegios adquiridos, tampoco se tolerarán omisiones en lo relativo a los deberes.
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