Allí.
Allí donde las canciones
aguardan que las compongan
y propagan sus compases
con un eco imperceptible.
Allí donde el tiempo condensa
tu pasado y tu presente
y convergen, casualmente,
lo improbable y lo plausible.
Allí donde luz y sombra confluyen
buscando redefinirse
trastocando dimensiones,
evidencias y sentires.
Allí donde el rostro no importa
porque no hay gestos fingidos
y la verdad brota pura
sin artificios pueriles.
Allí hallarás la respuesta
a la inquietud que te turba
y no habrá duda al respecto:
sabrás, al fin, a qué fuiste.
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