Así déjame gozar, viendo próximo el instante, mantén mi espera hasta la agonía y aún así concédeme un segundo más para suplicarte que ensartes Tu lanza en mis íntimas entrañas que posees, dándome muestra de mi irrefrenable deseo y del poder que ante mi adquieres.
Muchas veces, mi dulce dana, el verdadero gozo reside en la forma en que percibimos las cosas, y, en eso, tiene mucho que ver la perspectiva de cada cual.
Me alegro de haber sido capaz de hacer que mis actos resulten compatibles con esa visión que te impulsa.
Así déjame gozar, viendo próximo el instante,
ResponderEliminarmantén mi espera hasta la agonía
y aún así concédeme un segundo más
para suplicarte que ensartes Tu lanza
en mis íntimas entrañas que posees,
dándome muestra de mi irrefrenable deseo
y del poder que ante mi adquieres.
Así, mi Señor, déjame gozarte...
Muchas veces, mi dulce dana, el verdadero gozo reside en la forma en que percibimos las cosas, y, en eso, tiene mucho que ver la perspectiva de cada cual.
EliminarMe alegro de haber sido capaz de hacer que mis actos resulten compatibles con esa visión que te impulsa.
Un beso y un azote.