Nostalgias.
El aliento conocido
que dibuja tus contornos
llega a través de un
sueño a iluminar tus recuerdos,
y en las horas vacías
donde se explayan las mentes
con suave llamado
sugieren recrearse en el pasado.
Tiene el sabor
agridulce de esa ausencia comprendida;
de los momentos
vividos, deliciosos y adorados;
y, casi sin darte
cuenta, tu mano parte a su encuentro,
imitando aquel
trayecto que ayer mis labios marcaron.
Tu cuerpo cambia de
forma, muda el color de tus ojos,
dejas caer tus
sentidos en un lecho solitario
donde el calor de otro
cuerpo viene a hacerte compañía
aunque, ¿¡quién lo
diría!?, no te es posible abrazarlo.
Y en la calma de la
noche, cuando se apaguen las luces,
en el instante preciso
donde todo se ve claro,
vendré a traerte mis
besos sobre tu piel desnuda,
seré llama que
alimente lo que nunca fue olvidado.
A mi me resulta imposible expresar lo que siento pero ante Ti no es necesario porque son Tus palabras las que me definen....que decirte mi Señor que tu no sepas de mi...nada...conoces mi esencia y ante eso solo puedo rendirme a Tus pies y besarte desde ellos recorriendo todo Tu cuerpo con fervor y pasion...
ResponderEliminarGracias mi Señor por tus besos esta noche que han abrigado y por estas palabras que me dejaron anonadada al despertar...
Te amo.
Cierto que tu sentir me resulta claro y cristalino.
ResponderEliminarVerdad que cuando te miro veo cuanto anhela tu alma.
Sentir, ¿por qué no decirlo?
Velar, las señales claras.
Buscar, para conocerlo.
Vivir, que si no se escapa.
Un beso y un azote, mi dulce sierva.