Libre me siento abrazando mi sumisión a Ti, pues como bien sabes, está en mi naturaleza pertenecerte, y suprimido el temor que se arraigó durante años a mi interior, disfruto de ser cuanto soy.
Asumo mi condición porque en ella me reconozco, y nada hay como ser consecuente con lo que uno mismo sabe que le reporta bienestar.
A Ti te lo debo, mi amado Señor, Tuya es mi naturaleza pues Tu me muestras que ella solo tiene sentido cuando permanezco a Tu servicio,y crezco y avanzo tan solo estando a Tus pies.
No negaré la influencia de mis enseñanzas a la hora de abrir tus ojos hacia aquello que tu interior atesora. Pero no olvides, mi dulce sierva, que todo de cuanto ahora disfrutas se debe, en gran parte, a la valentía que demuestras afrontando tus propios demonios, encarando aquellas luchas por tanto tiempo aplazadas y derribando los muros que te impedían reconocer tu propia esencia, no ya frente a los demás si no..., frente a ti misma.
Libre me siento abrazando mi sumisión a Ti, pues como bien sabes, está en mi naturaleza pertenecerte, y suprimido el temor que se arraigó durante años a mi interior, disfruto de ser cuanto soy.
ResponderEliminarAsumo mi condición porque en ella me reconozco, y nada hay como ser consecuente con lo que uno mismo sabe que le reporta bienestar.
A Ti te lo debo, mi amado Señor, Tuya es mi naturaleza pues Tu me muestras que ella solo tiene sentido cuando permanezco a Tu servicio,y crezco y avanzo tan solo estando a Tus pies.
Gracias mi Señor.
No negaré la influencia de mis enseñanzas a la hora de abrir tus ojos hacia aquello que tu interior atesora. Pero no olvides, mi dulce sierva, que todo de cuanto ahora disfrutas se debe, en gran parte, a la valentía que demuestras afrontando tus propios demonios, encarando aquellas luchas por tanto tiempo aplazadas y derribando los muros que te impedían reconocer tu propia esencia, no ya frente a los demás si no..., frente a ti misma.
EliminarUn beso y un azote.