Lo llaman esclavitud.
Ver el brillo de unos
ojos,
notar un aliento
encendido,
unos labios deseosos,
un palpitar desmedido.
Unos miembros
retenidos
sin que exista
escapatoria,
reclamo al afán
prohibido
que dormita en la
memoria.
Unos pechos que me
apuntan,
un temblor no
reprimido,
una cálida entrepierna
que suplica mi cariño.
Unas nalgas ofrecidas
buscando temple en mis
manos,
un vientre que
solicita
ver su agitar
compensado.
Es el oscuro deleite,
es el placer
reservado,
premio que obtiene el
esfuerzo
de un corazón
entregado.
Lo llaman esclavitud y en cambio es mi libertad.
ResponderEliminarSe entienda o no la realidad es que ser Tu esclava es el mayor de mis anhelos y el placer más grande conocido.
Preciosas letras que me llenan de deseo!
Gracias mi Señor por acariciarme el alma con Tus palabras.
A Tus pies
Pues, para mí es todo un orgullo haber logrado que algo, en principio tan negativo, haya mostrado ante ti su verdadero alcance y los secretos que esconde.
ResponderEliminar¿Te quedan ganas de más, mi dulce sierva?
Un beso y un azote.
Por supuesto, mi Señor...
EliminarNo hace mucho dijiste que la aventura no ha hecho más que empezar y en ello confío...
Mientras desees llevarme de Tu mano seguiré aquello que tengas a bien enseñarme para ser digna de ser Tu esclava.
Gracias mi Señor por Tu instrucción, Tu guía y tu Amor.
Besos dulces
A Tus pies
Preciosa poesía!!! Precioso sentimiento!!! Aichs!!!
ResponderEliminarBesito!!
Muchas gracias por los elogios Shuvani. Me alegra que te haya gustado.
EliminarUn fuerte abrazo.