Simetrías parciales.
Resulta innegable que existe una ingente
cantidad de prejuicios con respecto al bdsm, y cuando digo “prejuicios” quiero hacerlo en su sentido más literal; es decir:
entendidos estos como un conjunto de ideas preconcebidas, ampliamente
extendidas y, en gran medida, escasamente fundamentadas.
Sabéis que suelo alejarme bastante del culto
a un “único y verdadero” bdsm,
simplemente porque no creo en él. Pero, si me paro a pensarlo, tal vez sea
porque, el mero intento de asumir una doctrina tan hermética, constituya en sí
mismo una cierta forma de prejuicio.
Siendo muy consciente de las diferencias de
criterio que jalonan el desarrollo de nuestra particular disciplina, me
gustaría romper algunos de los mitos y creencias que suelen darse con respecto
a las relaciones D/s; y es que, si bien suelen resultar un hecho bastante
impactante cuando se tiene conocimiento de ellas por primera vez, no resultan
después algo tan obsceno y radical como cabría esperarse.
Para empezar conviene no olvidar que
dominación y sumisión resultan complementarias; la una no podría existir sin la
otra y viceversa. Se trata; ni más ni menos, de un acuerdo tácito que se da
entre personas que son conscientes del alcance de sus decisiones. No ha de
existir subyugación o anulación del individuo (aunque a veces lo parezca) y siempre
se debe tener en cuenta la probabilidad de que una u otra parte termine optando
por abandonar (abandonar, no ir y venir).
Otro de los asuntos que más suelen llamar la
atención del bdsm es el sufrimiento que, se supone, han de sentir aquellos que
se someten para poder ser dignos de su condición. Por supuesto que se dan momentos
de dolor; tanto físico como emocional; pero no creo (al menos en eso se basan
mis propios principios) que nadie con un mínimo de sensibilidad busque infligirlo
o padecerlo si no hay detrás un propósito más elevado. Yo lo veo, más bien,
como un mal necesario; algo similar a lo que le sucede a cualquier deportista
cuando se entrena. No va buscando expresamente los sacrificios, privaciones o
renuncias que conlleva su preparación y sí, en cambio, la recompensa que aspira
a alcanzar merced a todo ello.
La eterna guerra de los sexos también sale a
relucir en repetidas ocasiones como un argumento para oponerse a la D/s; las
más de las veces como un arma arrojadiza especialmente dirigida a la
incorrección política que supone la dominación masculina en estos tiempos.
Pero…, dominantes hay de uno y otro sexo (lo mismo que sumisos) y, puestos a
presumir de tolerancia y firme afán democrático, cabe señalar que incluso
dentro de los colectivos de gays y lesbianas existe un número nada desdeñable
de personas sobradamente familiarizadas con el bdsm. Resulta curioso que dentro
de una tendencia considera en algunos ámbitos como un paradigma de la
discriminación sexual se muestren, en realidad, tan pocos recelos en ese
sentido.
No obstante, puede que el mayor prejuicio de
todos resida en la constante negativa de una inmensa mayoría a la hora de
admitir, no ya la notoriedad si no…, la validez del vínculo que se genera entre
dominantes y sometidos. “Eso del sado
solo es un juego perverso” “Es imposible que quienes lo practican sientan algo
por el otro más allá del puro morbo” “A eso solo se prestan los que no
consiguen follar de otra manera”. ¿Os suena de algo todo esto?
Sin afán de disentir con las preferencias de
nadie, y sin ánimo alguno de entrar a valorar la idoneidad de unas u otras,
creo que nadie debería ofenderse si, sobre este punto, dejo reflejado aquí mi
parecer; y es que, para mí, pocas cosas hay comparables a ese nexo invisible (o
no tanto) que se crea entre una persona que se ofrece y esa otra que la acoge.
Sé que muchos dirán que no resulta necesario embarcarse en una relación D/s
para conocer la naturaleza de ese sentimiento; y tienen razón; pero, de ser
obtenido ese sentir dentro de un marco convencional, por así decirlo (me vais a
perdonar pues sé que estoy a punto de pecar de cierto orgullo), resultaría
bastante difícil alcanzar las mismas cotas de plenitud que dentro de la D/s, a
no ser que se dieran unas circunstancias muy concretas. Esto va en la línea de
lo que apuntaba más arriba: “PREPARACIÓN”.
Que nadie piense que esto es algo que viene rodado: “Me hago sadomasoquista y… ¡¡a disfrutar!!” No van por ahí los
tiros, aunque eso también resulte ser una creencia bastante extendida. Sin unos
buenos cimientos nunca podría llegar a funcionar, ni en el ámbito bdsm ni en
ningún otro. Previamente hay que conocerse, conocerse muy a fondo, desnudarse y
mostrarlo todo, lo mejor y lo peor; y eso…, eso asusta. Dominantes y sometidos
tiene mucho que aprender los unos de los otros antes de poder decir que han
conseguido establecer ese vínculo. Por el camino tendrán que ir haciendo frente
a los retos que el otro les vaya imponiendo (ya sea por obligación o por
necesidad), experimentarán fracasos, desilusiones, dudas; pero, al poder contar
con unas premisa claras y un status definido, cada cual tendrá perfectamente
asumidos sus cometidos y responsabilidades, evitando así duplicidades o, en su
defecto, carencias.
Tras leer esto a muchos os parecerá algo muy
fácil y a otros, en cambio, muy difícil. Realmente no es ni lo uno ni lo otro.
Como sucede con tantas y tantas cosas, todo se puede reducir a una única
premisa: “VOLUNTAD”. Tras cada
intento puede esconderse un fracaso, pero el éxito siempre va de la mano del
empeño. Cuando alguien no quiere… no hay nada que hacer.
Un saludo a todos.
Es un tema complicado eso de los prejuicios y lo más lamentable es que surgen por definición del propio desconocimiento, de aquellas apariencias que nos llegan y las pobres conclusiones que podemos sacar a partir de ellas.
ResponderEliminarYo tenía muchos prejuicio, y aún hoy creo conservar algunos, pero debemos ser conscientes de que estos son a causa de un "no saber" y por lo tanto ser muy prudentes a la hora de hacer afirmaciones, procurando que nuestras opiniones sean siempre desde el respeto a aquellos que lo viven y saben por ello más de su relación.
Como Tu has dicho yo no creo en un BDSM único, pero mi experiencia también es limitada asi que solo puedo hablar por lo vivido y por ello creo que a parte de los pilares básicos mas o menos amplios, nada está fuera o dentro de la D/s, y los únicos que definen como quieren su relación son los integrantes de ella.
Hoy puedo decir que me equivocaba en muchos de los prejuicios que portaba cuanto llegué a Ti y convencida estoy de que a medida que nuestra relación avance iré comprendiendo otros que ahora aun conservo y creciendo dentro de esta atípica pero preciosa relación.
No todo el mundo puede comprenderlo ni quererlo pero si tiene que respetarlo mientras no cause perjuicio a los demás.
Yo tengo mucho que aprender aún y por ello tengo las miras abiertas...y supongo que por eso mismo soy capaz de estar donde hoy estoy, habiendo superado muchos de mis prejuicios.
Por ello también debo darte las gracias a Ti que has tenido la paciencia y el empeño de mostrármelo a pesar de mis reticencias y temores.
Mi voluntad es indispensable pero la Tuya también.
A seguir caminando, a seguir avanzando, a seguir sintiendo...siempre de Tu mano.
Besines dulces
Y...; en el preciso instante en que eres capaz de emitir una opinión versada, apoyada en la experiencia y amparada por los actos; entonces, acertada o no en tus afirmaciones, no estarás incurriendo en la suposición o la sospecha injustificada si no, muy al contrario, emitiendo un juicio con fundamento.
EliminarUn beso y un azote, mi dulce e ilustrada sierva.
Desde mi bendita ignorancia, cada vez un poco más chiquita gracias a Ti y a tu sierva dana, no puedo estar más de acuerdo. Es más, creo que una relación D/s no concebida únicamente como una serie de encuentros sexuales, alcanza un nivel de complicidad y profundidad que pocas, muy pocas relaciones "normales" pueden llegar a sentir y vivir. Son más complicadas pero en su complicación está su encanto...
ResponderEliminarAle, otro que me da materia para pensar jeje!! Así no se me va a oxidar la neurona!!
Besines y gracias por Tus palabras... y por compartirlas con el mundo!!
Ya sabes lo que suele decirse sobre la ignorancia, estimada Shuvani; que "es la clave de la felicidad", y algo de cierto subsiste bajo esa frase pues, si no uno sabe lo que se pierde, difícilmente podrá añorarlo.
EliminarEspero que no estemos siendo una mala influencia para ti, aunque, de todas formas, solo vamos dejando miguitas de pan por el camino, no sabemos si aparecerá alguien con intención de seguirlas o si solo servirán de alimento a los aves que observan nuestro viaje.
Un fuerte abrazo.
...traigo
ResponderEliminarecos
de
la
tarde
callada
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE DJANGO, MASTER AND COMMANDER, LEYENDAS DE PASIÓN, BAILANDO CON LOBOS, THE ARTIST, TITANIC…
José
Ramón...
Gracias, José Ramón, por el regalo de esas letras como tarjeta de visita en esta humilde urbe.
EliminarComo buen paisano te doy la bienvenida a la ciudad (que, físicamente, no se encuentra demasiado alejada de la tuya).
Esta es tu casa así que vuelve siempre que quieras y..., como veo que ambos somos bastante aficionados al mundo del cine, que no te extrañe que en algún momento te devuelva la visita.
Un saludo y, nuevamente, bienvenido.