Gris.
Ya se aprestan nuestros
días
a solaparse a las
noches
dibujando a
carboncillo
las estampas
cotidianas.
Ya nos movemos veloces
entre calles
monocordes
enfundados en abrigos
que atemperen nuestra
marcha.
Ya no fluyen los
colores
a esas miradas
hambrientas
de horizontes
luminosos
donde extasiar los
sentidos.
Y…, entre brumas y
añoranzas,
hay quienes sacan
partido
a esos poemas de
escarcha
que son obsequio del
frío.
En los cristales,
palabras
de un amor
reconocido.
Bajo empapados
paraguas,
fugaces besos
furtivos.
De los labios
amorosos
un vaporoso “te
quiero”
y, entre sábanas
heladas,
tus pies implorando
auxilio.
Tardes enteras de
abrazo
en oportunos cubiles
diseñados siempre al
gusto
de quienes van a
ocuparlos.
El crepitar de una
hoguera
y el olor a
chocolate,
mientras afuera, en
el mundo,
el cielo se desmigaja.
No puedo dejar de pararme en los versos que parece dibujarme, a mi y a mis deseos, mi realidad a Tu lado y mis sueños a Tus pies, mis desvelos por complacerte y mis ilusiones al servirte.
ResponderEliminarSoy yo hecha palabras en un instante, soy yo reflejo del instante.
Precioso, como siempre
Besines dulces
A Tus pies