En versión original.
Pretendida o espontánea,
la imitación adolece
de elementos
genuinos,
de referencias
profundas
con que invocar a las
musas
a que compartan sus
gozos.
Si es sólo copia… no
incita,
cuando muta… es otra
cosa,
si se adorna… pierde
gracia
y cuando es torpe… nos
sobra.
No me ofrezcáis sucedáneos
que carecen de
patente
cuando conozco la
ciencia.
No me insistáis en propuestas,
sobreactuadas y
sordas,
de engañosa
teletienda.
Prescindid de
purpurinas,
oropeles y brocados.
No vendáis más envolturas
vacías de contenido.
No os entreguéis al
recurso
de dejarme
estupefacto
con ofertas
deslumbrantes
que, en verdad, no
necesito.
Si deseo dar con algo
iré a buscarlo a su
origen
y sabré que es
exclusivo,
puro y hasta
imperfecto,
como todo lo que es
cierto,
autentico y definido.
Nada como deleitarse con la verdadera esencia; manantial originario rebosante de pureza…
ResponderEliminarUn placer…
Bsoss enormes.
La verdadera Esencia no necesita de más matices que los más esenciales y puros. Lo demás, solo son preseas de un día.
ResponderEliminarMis saludos.
Una vez mas mi alegra mi rareza, esa de la que algunos se asustan porque no la conocen y temen tener que esforzarse por comprenderla y quizas no sean capaces.
ResponderEliminarY me alegra ver también como no existe el miedo por expresar con claridad lo que piensas y lo que sientas, a pesar de puedas perder por el camino algo que muchos considerarían importante, siendo fiel a lo que eres, a lo que enseñas.
Muchas gracias mi Señor.
A Tus pies