Predicar con el ejemplo.
A su juicio, las expectativas no
podían resultar más halagüeñas, por lo que acudió a solventar aquel trámite con el ánimo henchido.
Por fin daría cuenta, ante un amplio y selecto auditorio, de sus altos
conocimientos e inigualables capacidades. No obstante, tampoco iba a renunciar a
presumir de sus encantos. ¿Por qué renunciar a ganarse algún punto extra
mediante la “infalible” técnica de la
ostentación voluptuosa?
Desde que…, de la mano de uno de
sus numerosos seguidores, llegó a la “Meca
del desenfreno”, sintió haber alcanzado el culmen de la notoriedad. No cabía
esperar mayor reconocimiento a sus méritos, y así estaba dispuesta a hacerlo
notar durante su bien ensayada exposición.
Ante la junta que habría de
dictaminar la conveniencia (o no) de otorgar en su favor una carta de residencia,
hizo uso de sus mejores dotes dialécticas, dejando muy claro lo versada que estaba
en cuanto a todos los conocimientos teóricos, habidos y por haber, en relación
a sus cualidades para el servicio.
Todos aguardaron, prestando suma atención, a
que concluyera su extenso alegato sin interrumpirla ni solicitar la más mínima
aclaración, pero.., cuando ya no tuvo más que añadir, uno de los integrantes de
aquella “corte” tomó la palabra para
preguntar:
- ¿Y bien?
Ella, extrañada, respondió:
- Ya está. No tenía pensado agregar nada más.
- En ese caso -sentenció su interlocutor- me temo que no nos va a ser posible darte ninguna clase de acomodo en el seno de nuestra colectividad.
- Pero…, ¿por qué? -inquirió ella con mal disimulado fastidio.
- Acompáñame. –la invitó su evaluador mientras abandonaba su asiento.
Ella, entre descolocada y solícita,
le siguió hasta la puerta que comunicaba con la sala adyacente y…, una vez
abierta, ambos fueron testigos de la escena que se estaba desarrollando al otro
lado.
- Ella -apuntó aquel funcionario -, está demostrando la veracidad de su relato y el cariz de su compromiso. Tú, en cambio, únicamente te has limitado a hablar.
Hizo una pequeña pausa para que ella pudiera asimilar lo que estaba viendo y, seguidamente, añadió
- ¿Estarías dispuesta a ocupar su lugar?
No hubo respuesta pero, aquel
silencio, resultó mucho más esclarecedor que cualquier contestación que ella hubiera
podido elaborar, pues…, todo cuanto se quiera exponer en relación al complejo
ejercicio del vasallaje se queda bastante corto en el momento de llevarlo a la
práctica.
Un silencio puede ser el grito más callado y la respuesta más evidente. Quien calla no siempre otorga por mucho que digan. Un silencio bien gestionado es un arma de triple filo.
ResponderEliminarUn saludo, Caballero ;-)
Palabras que callan, silencios que hablan.
Eliminar¿Cuántas veces lo hemos visto?
La palabra como escudo y el silencio como arma.
El sonido que enmudece y la omisión que retrata.
Saludos y feliz finde.
Cuando la respuesta no es inmediata o no llega... Creo que es la respuesta más Clara.
ResponderEliminarMil besitos.
Suele pasar, ¿no crees?
EliminarUn placer leerte Aurora.
Mis saludos y feliz finde para ti también.
Parece que todos lo tienen claro, exponen, proclaman y sus palabras suenan en ocasiones majestuosas, haciéndote creer en la verdad de esas palabras.
ResponderEliminarLa experiencia en cambio suele ofrecernos otra verdad muy distinta y a la hora de la verdad la palabra se esfuma como el humo y queda la respuesta que nadie quiere conocer.
Preciosa forma de expresarlo, lleno de morbo y, a la vez, de sentido y realidad.
Besines dulces
A Tus pies
Me alegro de que la forma escogida para abortar el tema te haya resultado pertinente y, por otra parte, estimulante.
EliminarPara que luego digan que aprender no es divertido.
Un beso y un azote mi dulce, y "receptiva", sierva.
Está más que comprobado que en demasiadas ocasiones por la boca muere el pez . En lo personal me a lo largo de los años, de lo hablado a lo sucedido con posterioridad existió un abismo
ResponderEliminarBuen gif , me traes a la mente los vídeos de Public disgrace
saludos
Siempre he sido de la opinión de que nunca está de más contar con una buena reserva de confianza en nosotros mismos, ¿cómo alcanzar nuestras mentas si..., ya de entrada, no no creemos capaces?
EliminarAhora bien. También es cierto que hay mucho "hipermotivado" suelto por ahí.
Gracias por la visita y un abrazo.