De sorpresa en sorpresa. (III)




Viene de...

- ¿Te apetece un café? - consultó él cuando terminaron de comer.

- No te diré que no. - concedió ella de forma casi inmediata.

Mientras su "improvisado chef" se ocupaba de preparar un adecuado colofón a su pequeño ágape, ella dedicó ese rato a interiorizar sus impresiones.

Cuanto más tiempo pasaba al lado de aquel hombre, más intrigada se sentía por él y sus circunstancias. No sólo eso. Curiosamente, aquella suerte de estudiada ambigüedad con la que soslayaba casi todas sus preguntas, la estaba conduciendo  hacia un estado de excitación bastante difícil de calibrar. Notaba como, poco a poco, se iba acentuando el calor que se generaba en su entrepierna. Intentaba que su respiración no delatara su actual estado de inquietud, pero..., a la vez, rezaba por que la incipiente humedad que buscaba abrirse camino por entre sus más íntimos surcos no se dejase notar a través de su menguada vestimenta. Al menos por su parte, la tensión sexual entre ambos, resultaba más que evidente por mucho que él, en todo momento, se hubiera mostrado de lo más educado y comedido.

- Ya estoy contigo. - fue la frase que la sacó de todos aquellos pensamientos en los que se hallaba enfrascada. - ¿Leche y azúcar?

- Sí por favor.

- Sírvete tu misma para dejarlo a tu gusto.


Sus miradas se cruzaron y una pícara sonrisa se asomó al rostro de su enigmático anfitrión.

- ¿Te encuentras bien?

- Sí ¿por qué lo preguntas? - interpeló ella un tanto azorada.

- No sé. De repente te noto como... "ausente".

- Pensaba en mis cosas. Disculpa.

- No pasa nada. Sólo espero que no sea sobre nada que te preocupe.

- No, tranquilo. Únicamente siento cierta curiosidad por saber más sobre ti. - mintió buscando cambiar de tema.

- Si no es más que eso... dispara.

La verdad es que se había quedado en blanco y no sabía muy bien que preguntar, así que dijo lo primero que se le pasó por la cabeza.

- Antes me has dicho que, ahora mismo, no ejerces tu verdadera profesión, pero no me has dicho que profesión era esa.

- Soy fotógrafo y..., no es que no esté ejerciendo como tal, sencillamente no le estoy dedicando todo el tiempo que me gustaría.

- ¿A sí? ¿Y qué tipo de fotografía?

- La verdad es que toco diversos palos. No es que tenga demasiadas preferencias más allá de captar el momento. La verdad es que la temática me da un poco igual siempre que la foto tenga una historia interesante detrás.

- Entonces, por lo que intuyo, no debes de estar muy volcado en el mundo de la moda.

- No es a lo que más me dedique, ciertamente, pero sé desenvolverme.

- !Qué interesante! - exclamó visiblemente impresionada - Tal vez algún día podríamos tener una sesión.

No supo como interpretar el gesto que, por un instante, exhibió el semblante de su anfitrión, pero no le dio tiempo a pensar demasiado en ello debido a la naturaleza de la propuesta que le fue hecha a continuación.



Comentarios

  1. Enganchadísima, como me pasa siempre con Tus textos.
    Rebusco entre Tus palabras y me sorprendo de nuevo haciéndomelas mías, como antaño, como siempre...

    Te he dicho alguna vez que me encantas???

    Besines dulces
    A Tus pies

    ResponderEliminar
  2. Esos encuentros que tienen siempre dobles lecturas... y hay una palabra clave que aparece casi al final. :-9
    Un saludo. Una sonrisa, Caballero.

    ResponderEliminar
  3. Siempre hay personas que nos parecen interesantes y dignas de conocer en todas sus facetas. Me gusta lo que cuentas.

    Mil besitos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares