Frente a la ultracorreción.
Piénsalo por un momento:
¿Cuántas veces has cedido,
con la razón de tu lado,
para evitar un conflicto?
¿Cuántas veces has adoptado
los usos que todos siguen
aún sabiénlos vacíos?
¿Cuántas y cuántas veces
te habrás mordido la lengua
para que tantos y tantos necios
no se sientan importantes?
Y... ¿para qué? te pregunto.
¿De qué sirven tus esfuerzos
si cada cual va a la suya?
Si todos tienen un discurso,
que adaptan según convenga,
¿por qué no haces tú otro tanto?
Sé lo que me dirías:
"Porque sería rendirme"
y comprendo los motivos
que te llevan a pensarlo.
Pero siempre hay un momento
en el cual hay que plantarse
y dejar las cortesías
para aquel que las merezca,
que..., de tanto ser amable,
mucha gente se confunden
y nos toman por cobardes
por haber sido educados.
Yo no busco que me aplaudan
ni que adopten mis premisas,
pero son mías ¡qué coño!
y también quiero exponerlas.
Si alguien se ofende... lo siento,
pero a mi me ofenden cosas
que, hoy por hoy, se ven normales
y nadie me las consulta.
Así que tú no renuncies
ni te amilanes por nada
que al final, hasta el más noble,
se jode cuando le toca.
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