Escenas privadas.

 


Siempre existirán personas con tendencia a obsequiarnos con consejos inoportunos, con cierto afán por ejercer su dirección sobre asuntos que no les competen y bastante aficionados a echar mano de un rico anecdotario cuando no viene a cuento.

Opiniones aparte, en la profundidad de nuestras intimas pasiones, casi siempre es preferible prescindir de cualquier parecer ajeno e invitar amablemente, a todo comentarista ocasional, a que guarde un respetuoso silencio y se abstenga de introducir cambios en el guión de una película que no es la suya.

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