Entrópica.

 


Por la intrincada senda

de tus dobles sentidos,

por entre la extravagancia

de tu estudiada ambivalencia,

muchos se ven sorprendidos

dudando de sus certezas.


Sumerges en la zozobra

a cuantos acuden, incautos,

a resolver el enigma

de belicosos azares

que conciben jubilosos

pero que apenas entienden.


Yo intuyo la verdad, empero,

y alargo la mano, y me aferro,

a atinados fundamentos

de translúcida evidencia

finamente aderezada

de pompa y atrevimiento.


Y es ese caos ordenado,

esa compleja amalgama

de señales convergentes,

lo que define tu cosmos

de enmarañados esquemas

e insondables proporciones.

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