Posesiones.

 


En el súbito arrebato

de una pulsión que es impuesta

por presencias subyugantes,

cobra tu cuerpo el sentido

de un recipiente que alberga

los más oscuros designios

contenidos en tu mente.


Sale a la luz el secreto

de esos oscuros delirios

que, en las noches solitarias,

tejías contigo misma.


Te rindes a esa influencia

a la que siempre invocaste

y asumes la penitencia

que, en realidad, anhelabas,

abrazando el misticismo

de una brusca complacencia

que te retiene a la fuerza...

que te libera al instante.

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