Nyotaimori o el arte de la presentación.
El “nyotaimori” (palabra
japonesa que se podría traducir como: “presentación
sobre cuerpo femenino”) consiste en el empleo de una mujer a modo de
bandeja sobre la cual presentar alguno de los platos más representativos de la gastronomía
nipona; tales como el sushi o el sashimi. De ahí proviene el término “body
sushi” con el que se suele designar a esta disciplina en el ámbito occidental.
Aunque muchos afirmen que el
origen del nyotaimori está entroncado
directamente con tareas y rituales desempeñados tradicionalmente por las geishas,
lo cierto es que no existe ningún tipo de constancia documental a este respecto
y todo parece indicar; más bien; que sus inicios son relativamente recientes y
que podrían situarse a principios, o mediados, del siglo XX.
De lo que no cabe ninguna duda es
de la notable difusión mediática de la que ha sido objeto; y no solo dentro de
los habituales círculos de influencia de la cultura japonesa. La industria
cinematográfica norteamericana; sin ir más lejos; ha contribuido a divulgar de
manera notable esta práctica culinaria tan particular. Películas como el thriller Rising Sun (Sol Naciente, 1993) o, más
recientemente, la versión para las salas de exhibición de la serie Sexo en Nueva York (2008) o la satírica Brüno (2009) protagonizada por Sacha Baron Cohen; recurren al nyotaimori como un golpe de efecto aunque no
pese en demasía sobre el desarrollo de sus respectivas tramas argumentales. El
cine de manufactura española también cuenta con algún ejemplo de esta
influencia; es el caso de “Mapa de los sonidos
de Tokio” (2009) dirigida por Isabel Coixet y que comienza, precisamente,
con una escena de este tipo.
En la actualidad, parece como si
esta tendencia estuviera sufrido un cierto retroceso dentro del propio Japón y,
en cambio, se estuviera consolidando en occidente; aunque, eso sí, dentro de
determinados ambientes claramente elitistas. Dicho esto, apuntar que en todos
los países no se tiene el mismo enfoque sobre el nyotaimori. Si bien en algunas
regiones puede ser considerado como una expresión artística o una mera
excentricidad, en otras; en cambio; está censurada e incluso prohibida. Sirva
de ejemplo que, desde el año 2005, en China las autoridades se han venido oponiendo a este tipo de prácticas
argumentando, entre otras cosas, que atenta contra los derechos humanos y la
dignidad de las personas (curiosa opinión cuando parte de quien lo hace).
Pero pasemos a responder a la
pregunta que muchos de vosotros os estáis haciendo: “¿A qué obedece que aparezca el nyotaimori en un blog sobre bdsm? Lo cierto es que…, aunque no se trate de
una disciplina directamente relacionada con la D/s, si que tiene bastantes
aspectos que le confieren una cierta idoneidad a la hora de crear determinadas
escenas en ese sentido hacia el cual solemos sentirnos inclinados por estos
lares; aunque, por supuesto, conviene dejar claro que son cosas diferentes y
que el nyotaimori, en su faceta puramente comercial, se rige por unas pautas de
conducta muy bien definidas y que, básicamente, pueden resumirse en estas:
-
Los
comensales no podrán hablar o dirigirse a la persona que hace las veces de “bandeja”.
-
No se
podrán verter opiniones acerca de la misma ni realizar comentarios
irrespetuosos.
-
No se consentirá
el hecho de tocarla de forma directa u obscena.
-
No se podrán
usar los palillos para otro fin que no sea el de proveerse de comida.
Por otra parte, estos exclusivos “receptáculos” también se ven sujetos a un
exhaustivo control. A parte de tener que permanecer estoicamente inmóviles
tanto tiempo como fuera necesario, su cuerpo a de estar convenientemente aseado
y su piel perfectamente afeitada. En este sentido, la normativa sanitaria de
algunos países no permite el contacto directo de alimentos y personas, lo que
obliga a emplear determinadas técnicas de profilaxis que le restan bastante
encanto a la experiencia.
De todas formas, resulta innegable
que; dentro de esta forma de tan particular de alimentarse; existen una parte
activa y otra pasiva (dominante y sumisa) donde una sirve de recipiente para
saciar los apetitos de la otra. En cierto modo, el nyotaimori, tiene para el “recipiente” ciertas similitudes con la práctica
de la “fornifilia” (cosificación, restricción
del movimiento y grandes dosis de paciencia) lo cual no lo hace demasiado
recomendable para personas de carácter inquieto.
Dicho todo lo anterior, nyotaimori
y bdsm, parecen, a priori, ligar bastante bien, y nos ofrecen un buen número de
alternativas que; como cabe esperar; dependerán del gusto de los comensales.
Por cierto. Se me olvidaba. No se
me ofendan las damas que gusten de estos manjares aunque, en su caso, sobre
bandejas dotadas con atributos masculinos. También existe esa opción, pero, en
ese caso, la denominación que se le da en japonés es la de “nantaimori”.
Un saludo para todos y… bon
appétit.
Seguro que sabes que es atrayente para mi, pero tambien soy consciente de la alta dificultad que para mi supondria, por varios motivos, por deber estar completamente inmovil, por la verguenza de la exposicion y por la humillacion de la cosificacion, aunque en eso mismo reside su atractivo y el reto que supondría la practica, aunque...todo a su debido tiempo si es que éste llega...
ResponderEliminarYa son algunas las cosinas que he decia ni loca poder acometer y no solo las hemos hecho realidad sino que las deseo...pero como siempre...en Tu mano...
Muchos besines dulces.
A Tus pies
Creo que lo que más te costaría sería aguantar sin dar algún que otro bocado furtivo a alguno de esas exquisiteces orientales. ¿Me equivoco?
EliminarUn beso y un azote, mi dulce y hambrienta sierva.
Para nada te equivocas mi Señor...pero...acaso no resulta irresistible esa exquisitez?...mmmmmmm
EliminarAunque tambien sabes que hay otras exquisiteces que me resultan irresistibles...tambien....mmmmmm
Tendré que seguir portandome bien si quiero poder catarlo....no tengo duda....;)
Besines dulces
Siendo así..., no me cabe duda de que no tendrás que esperar mucho para poder darte un verdadero festín.
EliminarUn beso y un azote, mi dulce y ávida sierva.