Futuros despejados.

 


El porvenir siempre aparece rodeado de múltiples incógnitas. Todos los posibles desenlaces que guarda a buen recaudo son un elemento que tiende a desestabilizar a aquellos que siente una obsesiva predisposición a ejercer el control en cualquier ámbito o circunstancia.

Por otra parte, también puede ser una inagotable fuente de oportunidades para quienes mantienen abiertas su expectativas y que, sin olvidarse de toda la experiencia adquirida durante los años, saben administrarla con buen tino y adaptarla al presente.

No aferrarse a una única línea evolutiva, ni obcecarse con una idea inamovible, permite aprovechar mucho mejor el tiempo que se nos concede.

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