En flor.
Todo se ilumina,
todo se calienta,
cuando el sol toca cima
y las nubes se dispersan.
Ella saltó del nido,
nido entre ramas frescas,
fiel aliada del sonido
que canta la primavera.
Mora entre nosotros
y aplica una ciencia
que discurre con aplomo
entre audacias e indecencias.
¿Quién beberá en sus ojos?
¿Quién comerá en su mesa
los manjares licenciosos
que su tallo presupuesta?
Dicen a sus espaldas
palabras de envidia gruesa,
mientras ella destapa
argumentos que embelesan.
Hay fuego en sus labios,
tanto que incinera
la virtud en los castos
y en los cautos la prudencia.
Destierra al disimulo
que todo lo tergiversa
cuando el tiempo es un lujo
y la vida se dispersa.
No quiere marchitarse
sin antes no ser flecha
que atraviese corazones
que refrenden su belleza.
Interesante blog.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Eratós.
EliminarVuelve cuando quieras.
Recibe un cordial saludo.