Sutilezas.

 

Resulta bien sabido que en nuestra indecorosa ciudad es más que probable que seamos testigos de escenas..., por decirlo de un modo delicado, un tanto "agrestes". Lo que ya no parece tan habitual es que sea capaz de proporcionar ejemplos de una soterrada realidad cargada de matices, cuando lo cierto es que ese es, precisamente, uno de sus rasgos más característicos y definitorios.

En infinidad de ocasiones suelen pasar desapercibidos, pero esto no se debe a que se les dote de una escasa relevancia o a que tiendan a manifestarse de un modo esporádico o marginal. Más bien se debe a la falta de interés que algunos de sus potenciales espectadores muestran a la hora de interpretar las agudas y elegantes sugerencias que se les proponen.

Prácticamente, no existe ni un solo acto que no esconda más de un sentido cuando nos aventuramos a recorrer las calles que conforman esta incalificable urbe. Así que..., si albergamos alguna intención de no perdernos ni un detalle de su variada y ecléctica oferta, no queda más remedio que dotar a nuestra mirada de una cierta perspicacia para poder disfrutar de todas y cada una de sus..., en ocasiones, esquivas propuesta.