Esa dulce extenuación.

 


No podía razonarlo,

sencillamente fluía

por el intrincado laberinto

de caprichosas formas

y confusos vericuetos.


Abrazando el extravío

de familiares sustancias,

se perdía confiada

en los pasajes opacos

de las veladas certezas.


Se deslizaba resuelta

hasta sentir que su carne,

entre exhausta y resarcida,

se convertía en abstracta

por efecto de esa alquimia.

 

Comentarios

  1. Un poema maravilloso, dentro de ese instante total.
    Abrazo, Qarpatia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por la visita, el comentario y por tan inmerecidos elogios.

      Saludos cordiales.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares