Pases privados.

 


Tú qué tanto te enojas,

entre dimes y diretes

que casi nunca te incumben,

si contemplases la escena

en el salón de tu casa

seguramente tuvieras

motivos para quejarte.


Pero en ambientes ajenos,

si no te gusta la oferta,

practica discretamente

el repliegue silencioso

sin entrar en discusiones

sobre gustos o colores.

Es su baile, son sus pasos.

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