Nao.

 


La ocasión se te presenta

como oportuno imprevisto

que te seduce a embarcarte

dejando atrás el refugio

de los puertos conocidos.


Te alienta a sacarle partido

en una apuesta arriesgada

y a orientar los aparejos

de tus recias pretensiones

en pos de lo venidero.


Cuando quieres darte cuenta

ya te sientes abrumada

por todo cuanto circunda

el infinito horizonte 

que va engarzado a tu estela.


Prontitud desvanecida

en favor de nuevos mundos

que intuías conocidos

a través del manifiesto

de la remesa empeñada.

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