Combatiendo el sofoco.

 


Entre ardientes coyunturas

y tórridos desarrollos,

bajo el cielo estival, destilas

saladas emanaciones.


Perlada por la sustancia

producto de tus calores,

maduran los renaceres

que aguardaban a asomarse.


Y buscando algo de alivio

entre gélidos consuelos,

aún desnuda, te revistes

de entusiastas convulsiones.

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