La creciente línea roja.
Primero censuraron las revistas de historietas, las
novelas policíacas y, por supuesto, las películas, siempre en nombre de algo
distinto: pasiones políticas, prejuicios religiosos, intereses profesionales. Siempre
había una minoría que tenía miedo de algo, y una gran mayoría que tenía miedo
de la oscuridad, miedo del futuro, miedo del presente, miedo de ellos mismos y
de las sombras de ellos mismos.
Ray Bradbury. (Escritor
norteamericano)
...y es el creciente y paralizante miedo de la autocensura...
ResponderEliminarQue tenga usted buena noche, Señor.