Antihéroe.





A ti:
que de manera un tanto irreflexiva,
aspiras ver en mí un referente;
he de hacerte varias confesiones.

En modo alguno me asemejo
al abnegado caballero andante
que recorre el mundo deshaciendo entuertos,
impartiendo justicia y acaudillando oprimidos.

No esperes que adopte
los modos corteses y desinteresados
de aquellos que encarnan
al bien supremo en su forma más pura.

Identifícame, más bien,
como uno de los miembros
de ese nutrido grupo que conformamos
los herederos de la imperfección.
Un tunante, canalla
y…, por momentos, retrógrado,
al que cierta pátina de clasicismo
le confiere un encanto engañoso.

Bajo esa fina envoltura;
que, en verdad, no es fraudulenta;
palpitan aspiraciones elementales;
rudas, primitivas y perversas;
que responden al inflexible instinto
de dar satisfacción a efímeras pulsiones.

Tú, que abrazas mis palabras,
tú, que escudriñas mis verdades,
no cometas la torpeza
de otorgar a mis actos
una nobleza que no les corresponde.

Mas…, si aún así,
exorcizada frente al engaño
y prevenida de los riesgos,
no cejas en tu empeño
de elevarme a los altares de una virtud,
a todas luces cuestionable,
me limitaré a insistir lo estrictamente necesario
únicamente para acallar las voces de mi,
ya de por sí, disipada conciencia.


Comentarios

Entradas populares