La teoría del encauzamiento.
La cautela parece ser un rasgo
bastante extendido por todo el reino animal y, en gran medida, su razón de ser
está íntimamente ligada al muy necesario instinto de supervivencia. Aquellas
especies que, por lo general, no obran con la debida prudencia, se suelen ver
abocadas a la extinción en el momento en que tiene que hacer frente a una
amenaza; a no ser, claro está, que sean capaces de desarrollar con relativa
rapidez los mecanismos necesarios para eludirla o, de ser necesario, hacerle
frente.
El ser humano, obviamente, no
puede desligarse de su naturaleza animal y el éxito adaptativo que lo ha
llevado a convertirse en la especie hegemónica de este planeta tiene bastante
que ver con esa cautela. Con esta afirmación no se trata de poner en duda la
valía de los innumerables ejemplos de audacia que se han venido produciendo a lo largo de nuestra
historia; pero, si bien los “audaces”
han abierto la senda hacia infinidad de logros, han sido los “prudentes” quienes han sabido sacarles
mayor provecho perfeccionándolos y haciéndolos accesibles para el resto.
No obstante; y esto es lo que ha
estado trayendo de cabeza al “Departamento
de Ciencias del Comportamiento” de la ludoteca durante varias semanas;
parece como si un importante número de individuos hubieran desarrollado una
suerte de carencia de confianza en relación a algunos asuntos que, al menos, en
principio, no parecen tener demasiada relevancia. Indagando sobre esta
cuestión, creen haber dado con el origen de muchas de las teorías
conspiratorias que; cada vez con mayor asiduidad; viene a salpicar las crónicas
de actualidad con mayor o menor fortuna. ¿Distorsión de la realidad,
clarividencia o, simplemente, dependencia malsana en relación al recelo? Aún es
pronto para decirlo pues los estudios no han podido arrojar, por el momento,
datos concluyentes.
Lo que sí parece probado es que
existe un cierto consenso entre las personas con tendencia a adherirse a este
tipo de hipótesis. Esa concordancia vendría determinada por la creencia en un
ente supranacional de estructura indefinida que se estaría ocupando de mantener
bajo control a la práctica totalidad de la población mundial mediante el uso de
las más refinadas técnicas de manipulación mental. El libre albedrio estaría
siendo manipulado mediante algoritmos, estadísticas y un sinfín de
formulaciones matemáticas con el objeto de establecer en nosotros unas pautas
de conducta predeterminadas (eso sí, de un modo muy sutil y sin que nos
estuviéramos percatando de ello).
Un ejemplo de todas estas veladas
maquinaciones (atendiendo siempre al punto de vista de nuestros lúdicos
amigos) podemos encontrarlo enmascarado
en “EL MITO DE TCHUPÓN”; que ya fuera
esbozado por Jan, allá por la década de los 80 del pasado siglo, en su obra “El Señor de los Chupetes”. En virtud de
esta “teoría”, existiría una oscura trama para convertirnos a todos en adictos al
“chupeteo” en cualquiera de sus
variantes; de ahí todo el elenco de productos que se han desarrollado con el
único de fin de ser llevados a la boca. Ya siendo unos bebés, se nos introduce
en ese círculo vicioso cuando se nos somete al tiránico influjo de los chupetes
(de ahí la relación) y, una vez “abducidos”,
todo lo demás viene determinado por puro y simple condicionamiento.
Bueno. Puede que haya algo de eso
detrás de ciertas costumbres, pero no olvidemos que algunas de ellas; con un
poco de práctica; pueden llegar a resultar bastante placenteras.
Que tengáis todos un feliz y
conspirativo finde.
Muy buena reflexión.
ResponderEliminarFeliz finde :)
Lo mismo opino yo, Amowhor, y es que, últimamente, parece como si las mentes "lúdicas" estuvieran empezando a adquirir una cierta coherencia.
EliminarUn fuerte abrazo.
Las costumbres arraigadas siempre son dificiles de superar, y supongo que los chicos de la ludo, por esta vez, no desvarian mucho y se acercan bastante a la realidad...
ResponderEliminarPersonalmente, en mi infancia no consiguieron que adquiriese el placer que se les suponia a los chupes porque me parecian de material antinatural y me daban cierto repelus, y por eso, quizas ahora me decante tambien por materiales mas naturales...quien sabe....;)
Y no digo mas, que despues se sabe demasiado y ya dijimos hace poco que el exceso de informacion no es precisamente bueno...;)
Un chup....digo....besines dulces
A Tus pies
No subestimes, mi sierva, el poder de la costumbre y la emulación. Tal vez de pequeña no consiguieran atraerte a su doctrina, pero, sea como fuere, finalmente, no has podido desligarte de ese hábito.
EliminarA los hechos me remito.
Un beso y un azote, mi dulce y hambrienta sierva.