La octava estación.
Ocho años ya – me cuesta un
poquito asimilarlo – desde que esta ciudad se revelara al mundo a través de
tantas y tantas ventanas virtuales. Ocho años en los que su evolución ha sido
constante (en ocasiones de manera bastante acertada y, otras, no tanto). Tiempo
en el que -me gustaría pensar- nunca se ha renunciado a las dos normas más
básicas sobre las que se ha sustentado, a saber: la pluralidad y el eclecticismo.
Tales características; así como otras muchas que no considero necesario enumerar;
no resultan atractivas para todos, como tampoco lo son muchas de las
argumentaciones que aquí se han ido enumerando.
Como ya expuse en los primeros
días de existencia de esta imprecisa urbe, no se pretende emplear esta ambigua tribuna
con fines apologéticos, aleccionadores o supremacistas. Me entristecería mucho
saber que…, lo que aquí se viene reflejando, se tomara como una especie de
dogma, como una corriente de opinión sin fisuras. Nada más lejos de la
realidad. Aquí se viene a ofrecer un relato, un testimonio sin más. No se pretende ni juzgar
ni dirigir. No aspira a convertirse en referente de nada. Si acaso, tal vez, en
fuente de alguna que otra inspiración ocasional.
El mundo, a un nivel general, ha
sido objeto de una importante transformación durante estos últimos años y, en
algunos aspectos, lo que hasta hace bien poco se elogiaba, hoy se considera ruin
y despreciable (… y viceversa). Vivimos en un tiempo donde somos incapaces de
digerir valores que no sean absolutos, pero…, estos, parecen estar sometidos a
un constante proceso de mutación. Un caos, en definitiva, disfrazado de orden
en el que resulta bastante complicado saber a qué atenerse. En medio de todo
ese desquiciante revoltijo de influjos inestables, sometidos a la implacable
dictadura de una corrección política altamente dramatizada, la ciudad tras el
sol a supuesto para mí una especie de faro al que dirigir mi mirada cada vez
que tenía la impresión de estar perdiendo el rumbo. Un punto de referencia mediante
el cual poder establecer mi posición relativa en relación a infinidad de
cuestiones. Un refugio, un asidero, una válvula de escape.
Ese fue el principal (…y único) objetivo
que me impuse aquel 19 de noviembre de 2010 y…, sinceramente, puedo decir que
ha sido plenamente completado. Pero, no sólo eso. Por el camino, he podido disfrutar
de infinidad de recompensas que, ni por asomo, hubiera esperado obtener y que,
en gran medida, deben mucho al hecho de haber puesto en marcha esta iniciativa
(ciertos ojos saben perfectamente a que me estoy refiriendo mientras leen esto).
Es por ello que quiero agradeceros a todos vuestra compañía a lo largo de este inusitado
viaje y haceros partícipes de la celebración que hoy se conmemora.
No sé a dónde me conducirán las
procelosas aguas que bañan estas lejanas costas de ahora en adelante, pero prometo seguir dándoos la tabarra con mis disparatadas
apreciaciones.
Muchas gracias por todo este tiempo dedicado...a nosotros los que hemos ido llegando...y felicidades.
ResponderEliminarYo al menos he aprendido unas cuantas cositas entrando a leer y a mirar.
Y además teniendo en cuenta que tienes una producción constante...
Gracias de corazón.
Mi gratitud es para con todos vosotros por dejarme entrar un poquito en vuestras vidas y dejaros contaminar con las perversiones que anidan en mi mente y mi retorcida visión de las cosas.
EliminarMuchas gracias Marián. Un saludo y vuelve siempre que quieras.
Yo, personalmente, le debo mucho a este rincón, muchísimo, y no soy capaz de asimilar la fortuna que tuve un día al cruzarme con esta ciudad.
ResponderEliminarSiempre he sido una soñadora, a pesar de las muchas frustraciones de la vida jamás he dejado de soñar y éste fue un sueño hecho realidad, es ya mi bella realidad.
Me ha dado la oportunidad de conocerte y de conocerme, concediéndome la seguridad, tan necesaria, de saber cuál es mi camino.
Por fin, estoy en el lugar que me corresponde, por fin...
Muchísimas felicidades mi Señor y enhorabuena por tanto como trabajas esta ciudad.
Es un orgullo para mi formar, de algún modo, parte de ella.
A seguir!!!... que vales mucho!!
T'estimo molt
A Tus pies
¿Qué decirte a ti, mi dulce sierva? Mi gratitud para contigo no tendría cabida en tan reducido espacio y cualquier expresión que intentara aproximarse a la consecución de tan utópico objetivo desmerecería de manera totalmente imperdonable la intensa y profunda realidad que busca reflejar.
EliminarDe aquellos principios que hoy se conmemoran, únicamente quisiera recordarte el desbordado ímpetu de conocimientos que mostrabas y de cómo pretendías adquirirlos con una inmediatez, hasta cierto punto, indigesta. ¿Cómo le explicarías a aquella incipiente seguidora la complejidad de todo cuanto estaba a punto de descubrir?
Un beso y un azote, ad infinitum...
Creo que hay que preservar, y valorar, los sitios donde uno se encuentra bien; donde se puede aprender, reflexionar, disfrutar... Y éste, sin dudas, es uno de ellos. Gracias por tanta dedicación y trabajo. Y felicitaciones, esperando que sean muchos más.
ResponderEliminarUn beso.
PRESERVAR. Esa palabra, dicha por ti, adquiere una significación amplificada que, además, se convierte en todo un acicate para continuar por la misma senda que fue abierta hace ocho años.
EliminarComo ya dejé apuntado en la propia entrada, nunca he ambicionado convertir este modesto espacio en un referente de nada, si bien, no lo puedo negar, para mi, desde un principio se convirtió en algo muy especial que, con el paso del tiempo, además, se ha ido cargando de simbolismo.
Si los que soléis acercaros por estos confines habéis conseguido exportar a vuestras propias vidas algunas de las esencias que aquí se producen y, lo que es más importante, darles cierta utilidad en vuestro propio beneficio..., eso ya me reportaría la mayor (...y creo que más honesta) de las dignidades.
Muchísimas gracias, Alma, de corazón.
Un fuerte abrazo.
Muchas felicidades y por muchos años más... Reconozco que paso en silencio y en otras ocasiones dejando mi voz, pero en todas me llevo algo de aquí.
ResponderEliminarMil besitos y feliz semana.
Muchas gracias, Auroratris.
EliminarComo siempre, un placer contar con tu presencia (ya sea esta evidente o mucho más discreta).
Ya sabes que aquí tenéis vuestra casa para cuando gustéis visitarla.
Un saludo.