Testigos cómplices.
Por las vías secundarias
de los mapas del deseo,
se asoma a nuestros avances
un público descarado.
Elegantes criaturas
que se suman a la escena,
a una distancia prudente
y sin perderse detalle.
Testigos mudos en parte,
de discreción relativa,
pues no revelan detalles
de la escena que contemplan.
Pero no siempre se aguantan
y, a momentos, intervienen
en el trance pasajero
que nos mantiene ocupados.
Buscan dejar su impronta,
de una forma diferente
y, a su manera, se cuelan
si haber sido invitados.
Entonces..., momentos lentos
de pasiones desatadas,
cuentan con el enfoque
de una mirada felina.
Ya sea la imagen o tu poema... encuentro complicidad entre ambos y dejas una imagen poética muy visual.
ResponderEliminarMil besitos para tu semana.
Muchísimas gracias Aurora. Eso intentaba, pero puedo asegurarte que..., de trasladar la escena a la realidad, nuestros atigrados visitantes no son de estarse tan quietos.
EliminarUn saludo cordial y cuídate mucho.
😺