Imaginería de andar por casa.

 


En algunas ocasiones; justo después de que la noche despliegue sobre la ciudad su atrayente y misterioso manto; me gusta apartarme un tanto del bullicio de la urbe y contemplar, desde algún promontorio situado a cierta distancia, el distorsionado parpadeo de sus luces enmarcado sobre el horizonte como si se tratase de una galaxia puesta ante mis ojos. Siento cómo, desde la lejanía, llegan hasta mi sus sonidos amalgamados en un zumbido sordo y uniforme; salpicado, de tanto en tanto, por alguna que otra nota discordante.

Me imagino cómo será el discurrir de las vidas de todas esas personas que moran a mis pies; qué estarán haciendo, pensando..., sintiendo. Me gusta ejercer de observador (un punto más que viene a confirmar mi tendencia al voyerismo), ser testigo anónimo del ir y venir de todos esos congéneres tan próximos y, a la vez, tan lejanos y, entre tanto, recrearme mientras les doto de una identidad, una historia y un sentido que, a buen seguro, distará bastante de la realidad. Pero, con independencia a su escaso valor testimonial, la práctica de ese íntimo ejercicio distópico insufla aire a una creatividad que...; por muy descabellada e inconcebible que pudiera parecer; siempre se alimenta de lo real. Es algo así como si le dieran a uno la oportunidad de interactuar con un lienzo que ya ha sido trabajado pero sobre el que, aquí y allá, se pudieran ir añadiendo detalles de cosecha propia.

Todo lo anterior podría parecer un artificioso e inútil ejercicio de evasión destinado a no llegar a ningún sitio. Pero... sin perder nunca de vista la verdad, las ensoñaciones son, muchas veces, la antesala de las grandes ideas.

Comentarios

  1. Me identifico con tu reflexión... Cuántas veces desde una cima he observado e imaginado el discurrir de la vida que transcurre a mis pies... Y cuántas veces, Últimamente, pienso que todo es una pesadilla y al bajar de esta cima la vida seguirá tal y como la recordaba.

    Mil besitos y feliz finde.

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    1. Cuando la realidad se muestra más tozuda de la cuenta no suele dejarnos (al menos, a corto plazo) demasiado margen de maniobra. Pero eso no nos impide comenzar a prepararlo todo para reconstruirla convenientemente cuando las circunstancias se nos revelen un poquito más propicias.

      Un fuerte abrazo Aurora y una pizca de optimismo para que aporte cierto color a tus días en estos tiempos tan grises.

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