Transiciones recurrentes.
¿Cómo un mismo recorrido,
dependiendo de la dirección que se tome,
llega a estar tan imbuido de ambivalencia?
¿Puede el sentido espacial
influir sobre el emocional?
¿Puede la línea del horizonte geográfico
ser reflejo de un estado de ánimo?
Sea como fuere,
conozco la orientación del vector
que llevas tatuado en el alma
y..., aunque el cielo que lo cubre
sea el mismo que para el resto de opciones,
la luz se te antoja distinta
cuando la brújula muestra el camino
a eso que sientes como tu casa.
No tardes en demasía
en retomar esa senda
que conduce hasta mis brazos,
en escuchar las melodías
que van adornando el camino,
en respirar las fragancias
de esas tierras interpuestas.
Deja tu huella nuevamente
en esos parajes ya familiares
e imprime otra marcha
aproximándote a mí una vez más
sin dar tiempo a que se enfríe
tu lado de la cama.
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