Valor.
No importa la cantidad,
ni el tamaño, ni el precio.
No importa circunscribirlo
a una fecha señalada
o cuán popular resulte
el obsequio que escojamos.
No importa si viene envuelto
en papeles de colores
o si el "lacito" que adorna
es más o menos pomposo.
Lo que importa de un presente
es la historia que nos cuenta
y que transmita el cariño
del que ha venido a ofrecerlo.
Que deje huella en la mente
del receptor de esa ofrenda
e ilumine de esperanzas
más allá de ese momento.
Que sea algo sentido
por una y por otra parte
y que imprima en la memoria
un agradable recuerdo.
Que signifique, que fluya
y que..., aunque tal vez se degrade,
con el paso de los años,
su "valor" vaya en aumento.
Así debe ser el sentimiento al recibir un presente... no importa cómo llega, lo que importa es cómo se queda . Precioso, Qarpatian.
ResponderEliminarMil besitos y Feliz Día de Reyes.
Ni más ni menos Aurora, como tus elogios que..., para mi, son un regalo. Gracias.
EliminarEspero que los Reyes se hayan mostrado contigo más que generosos.