Donde el camino nos lleve.
Sin importar cuánto tiempo
nos comporte atravesarlo,
ni los giros repentinos
que pudieran presentarse,
el objetivo fue claro
desde el preciso momento
en que osamos adentrarnos
por el difuso sendero.
Nada dimos por sentado
salvo las ganas de andarlo,
disfrutando cada paso
como si fuera el primero,
sin demasiado equipaje
que entorpezca el movimiento
y sabiendo que es prestado
todo cuanto lo envuelve.
Sin objetivo ni meta,
sólo saber que se siente
explorando el horizonte
que se renueva al instante
y fundirse en el presente
de un paisaje irrepetible
sabiendo que no hay destino...
sólo eterna encrucijada.
Me sigue resultando increíble haber podido encontrar a alguien que entendiera la vida del mismo modo que yo, que fuera cómplice de mis locuras pues yo lo era de las suyas.
ResponderEliminarSigo con esa sensación de que es todo un sueño, de que mi locura ha superado los límites de la razón y vivo algo que, en realidad, no existe.
Y lo que más me impacta es que sigamos recorriendo el camino con ilusiones renovadas, que sigamos con las ganas de seguir, con planes de futuro mientras vivimos nuestro día a día.
No me despiertes, sueñalo conmigo mi Señor...
Besines dulces
A Tus pies
Pues..., si se trata de una locura, sencillamente te diré que existen locuras a las que merece la pena verse arrastrados.
EliminarPuestos a elegir, mejor quedarse con aquello que sea capaz de reportarnos algo positivo.
1b y 1a mi dulce, y "enajenada", sierva.