Postal incompleta.

 


Querida mía:

Espero que te encuentres bien de moral y de salud.

Aquí la primavera comienza a desplegar todo su arsenal de colores en medio de esta realidad atípica que parece empecinada en privarnos de su pleno disfrute.

Todo se difumina mientras la espera tiñe de gris lo que, de otro modo, sería un renovado canto a la alegría y la esperanza.

En este tiempo de pausas obligadas, el tedio desdibuja una escena en la que falta algo o..., mejor dicho, alguien.

Toca revestirse de resignación y conformarse con los escasos incentivos que aún nos restan en este forzado paréntesis que se ha abierto en nuestras vidas.

Pero..., igualmente, mi adorable compañera, la construcción de nuestro futuro sigue su curso; aunque a veces se nos presente bajo un filtro que se asemeja más al que mostraban aquellas antiguas fotos en tonos sepia que atesoraban con gran celo nuestros abuelos. 

Por lo demás, por aquí todo bien en la medida de lo posible.

Cuídate mucho mi añorada y distante mitad.


P.D.:

 No tardes.

Comentarios

  1. No sé si llegas a ser consciente de lo mucho que significan estas palabras para mí, porque a parte de su propia belleza me hablan de un deseo, de un día a día real, testado y anhelado.

    Una realidad plasmada que ha sido valorada y añorada.

    Comprobar que alguien me quiere cerca tal y como soy, que se nota mi ausencia y se quiere mi presencia.

    Un sueño compartido, mi Señor .

    Besines dulces
    A Tus pies

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    1. Cuando..., como tú dices, el día a día se revela como un cúmulo de elementos enriquecedores, entonces, cualquier duda desaparece de un plumazo.

      Toda una suerte tenerte presente en mi vida.

      1b y 1a mi dulce, y "estimada", sierva.

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