El encaje apropiado.

 


Cuando la información que tenemos a nuestro alcance es más amplia que en cualquier otro momento de la historia, cuando las herramientas con las que contamos son las más avanzadas; y  mucho más efectivas de lo que hubiéramos podido imaginarnos hace apenas unos años; podríamos pensar que (a nivel global) tendríamos que estar asistiendo a una verdadera explosión de diversidad y mestizaje. Si realizamos un examen superficial de esta cuestión podría parecer que eso es lo que está sucediendo, cuando lo que ocurre, en realidad, es justo lo contrario.

"¿Cómo es posible que digas eso?" - pensaréis. - "¿Precisamente ahora que es cuando más se reconoce el derecho a ser diferentes, en que cualquiera puede manifestar sus preferencias sin miedo a que se le juzgue o se le discrimine?"

Pues bien. Para empezar, esto no es así en todo el mundo, y creo que no es necesario mencionar el elevado número de países donde esa "supuesta" libertad está aún muy lejos de ser... ¿conquistada...? Por otro lado, en determinadas áreas geográficas, sí que es verdad que se han producido algunos avances en el reconocimiento de ciertos tipos de diferenciación, pero..., pensadlo por un momento. Para obtener ese reconocimiento se ha de ser diferente de una determinada manera, lo cual no deja de ser un claro signo de homogeneidad. Cualquiera que pretenda salirse mínimamente del guión preestablecido, de manera inmediata, pasa a ser señalado como un bicho raro (y..., curiosamente, con mucha mayor vehemencia por parte de todos aquellos que presumen de ser "diferentes"). Así que..., lo siento. Puedo estar equivocado pero, por ahí, va estar bastante difícil que alguien logre convencerme de lo contrario.

Otros, seguramente, podréis esgrimir otro tipo de argumentos (en este caso con unas connotaciones más bien negativas) para tratar de desmontar mi razonamiento. - "¿Qué pasa entonces con el auge de los nacionalismos al que estamos asistiendo en muchas partes y que no deja de tener un elevado número de adeptos? ¿No sería ese un claro ejemplo de la voluntad de muchos de exhibir sus diferencias aunque sea a través se una concepción bastante insolidaria del término?". Pues..., ¿qué queréis que os diga? También en ese caso veo muy pocos visos reales de disparidad, ya que el ”manual de estilo" de todos esos movimientos se rige por una maxima común: "nosotros somos mejores que los demás". Quiénes somos nosotros y por qué somos mejores que el resto no deja de ser un ejercicio de retórica superflua que sólo busca afianzar el sentimiento de pertenencia al grupo, nuevamente un rasgo muy característico de todos esos procesos a través de los cuales se busca erradicar por completo cualquier signo de disidencia (y que, dicho sea de paso, resulta bastante común entre las sectas que..., curiosamente, también pretenden vendernos una concepción de verdad "alternativa"). Tal y como puede verse..., nada nuevo bajo el sol.

¿Qué solución se podría adoptar frente a este estado de cosas? ¿Nos abandonamos todos al ejercicio de un individualismo a ultranza? ¿Abrazamos la práctica del egocentrismo más recalcitrante que seamos capaces de implementar? Sinceramente, de hacerlo todos, en el fondo, tampoco ahí seríamos capaces de encontrar demasiadas diferencias.

¿A qué ha venido entonces todo este discurso? Sencillamente..., a que existen otras opciones. Sin ir más lejos, aquí, en la nación invisible, se ha logrado alcanzar una suerte de equilibrio entre lo común y lo privado. En algunos aspectos, sobre todo en aquellos que rigen lo que vienen siendo las bases del ordenamiento general, no existe demasiado margen de maniobra, eso es cierto. El buen funcionamiento de una sociedad no soporta la inclusión de excesivas excepciones a la obligatoriedad de respetar las normas básicas que regulan a toda la colectividad. Ahora bien, en el ámbito privado..., ahí ya estamos entrando en un terreno completamente distinto. Cuando en casi todo el mundo (ya sea por razones culturales, morales, religiosas, etc...) lo público y lo privado se tiende a solapar más de lo aconsejable, en Qarpadia, la diferenciación entre uno y otro plano, se lleva hasta un nivel completamente independiente. Lo primero resulta muy necesario (imprescindible diría yo) puesto que gracias a ello se obtiene una amplia variedad de beneficios compartidos que de otro modo serían imposibles. No obstante, aquí nadie espera realizarse como persona a través de ello, ese trabajo ha de hacerse, y ha de hacerse bien, pero eso no es lo que define a los individuos. Dejando de lado ese rasgo, que es el genérico, es donde entra en escena esa otra esfera más personal y definitoria que, por otra parte, nunca se considera excluyente. Lo importante, en ese sentido, es dar con las personas adecuadas a la hora de extraer el máximo potencial de nosotros mismos. El hecho de alcanzar un plano de felicidad estable y prolongado siempre resulta ser una tarea ardua y sobre la que no es posible exigir demasiadas garantías. No obstante, pretender aparentar aquello que uno no es a fin de encajar dentro de lo que se supone "convencional" no ayuda, precisamente, a que nadie se sienta realizado. A veces, todo se reduce una mera cuestión de suerte, pero todo cobra sentido cuando encontramos... el encaje apropiado.

Comentarios

  1. hemos avanzado mucho, es verdad, pero tengo la sensación de que no lo suficiente. Mi opinión es que hemos avanzado hacia atrás, como que todo aquello por lo que se había luchado ahora se cuestiona y , como dice, ahora que disponemos de mucho más y que todo está a nuestro alcance, para que es a nuestra mente a la que llenan con valores no reales.
    La diversidad debería enriquecernos y, parece que nos distancia. Los que unos cantan arriba, los otros se encargan de oscurecerlo.
    Mi sonrisa, Qarpatian.
    Mis cariños a su Dana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy cierto Mağ. Una alternativa impuesta deja de serlo por definición. ¿Cómo puede haber personas, o grupos de personas, que afirman que contamos con infinidad de opciones cuando la única que están dispuestos a consentir es la que ellos mismos dictan?

      Muchas gracias por tus saludos y nuestros mejores deseos para ti y los tuyos.

      Eliminar
  2. Como ocurre siempre en nuestra especie acaba sobresaliendo la necesidad de encajar, de grupo, de pertenencia a algo .

    Por eso la importancia de alimentar nuestro ego a través de quien alienta, sea cierto o no, nuestras ideas, nuestra manera de hacer, creándose así un vínculo que te lleva un círculo vicioso donde cada vez buscas más halagos y los entregas tu mismo para recibirlos.

    En estos medios que ahora tenemos se acaba demostrando que sigue siendo más de lo mismo, y a poco que observes te das cuenta de que no se busca la diferencia y compartirla sino encajar a toda costa, crear como siempre digo chupipandis que alimenten la necesidad de sentirse bien, acogido y reconfortado.

    Cuando realmente existe diferencia seguimos discriminando, somos así...

    Queda mucho camino pero...aún mantengo la esperanza...

    Besines dulces
    A Tus pies

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo que a mí me sigue sorprendiendo es: ¿qué necesidad hay de anular a los demás para poder ser nosotros mismos?

      Entiendo que se busque estar con personas afines con las que poder disfrutar plenamente de unos gustos e ideas compartidas, es natural. Pero... ¿a qué obedece esa otra "necesidad" de enfrentamiento que parece estar tan en boga?

      Todos tenemos derecho a discrepar pero..., muchas veces, da la impresión de que existe demasiada gente con excesivas ganas de ver arder el mundo.

      1b y 1a mi dulce, y "reflexiva", sierva.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares