Lo inherente no es explícito.

 


Quienes visitáis asiduamente la ciudad tras el sol, sabéis que aquí muchas cosas se enfocan de un modo bastante distinto al acostumbrado. En ciertos aspectos, a pesar de esa modernidad en la que se enmarca de manera indisoluble su particular idiosincrasia, se reproducen actitudes más propias de las antiguas culturas helenísticas donde a la desnudez no se le atribuía ese componente obsceno y reprobable que, a día de hoy, se da por sentado en muchos sitios.

El cuerpo humano no es algo que se tenga que esconder ni de lo que haya que avergonzarse, por lo que aquí no os encontraréis con genitales pixelados ni censuras autoimpuestas. Además, para los qarpadios, la contemplación directa de un órgano sexual no implica, per se, ningún tipo de provocación ni, tampoco, una invitación a nada.

Por otra parte, aunque los habitantes de la nación invisible tiendan a mostrarse especialmente activos e imaginativos en lo que a prácticas sexuales se refiere, el sexo para ellos va mucho más allá del acto físico en sí y tienden a sacarle un enorme partido a otras formas de "estimulación" no tan "explícitas" (os puedo asegurar que sorprendentes resultados).

Por todo ello, no focalizan tanto el detonante que haya de despertar sus apetitos carnales en determinas partes del cuerpo y trasladan, más bien, esa entrada a la excitación a situaciones concretas y gestos que; bajo nuestra óptica; resulta mucho más sutiles o, hasta incluso, imperceptibles.

En definitiva, su visión de las "relaciones íntimas" es el resultado al que les ha llevado un acervo cultural completamente diferente al nuestro, un conjunto de costumbres evolucionadas de forma autónoma donde a algunos conceptos (como pudiera ser el caso de la pornografía) no se les encuentra sentido alguno.

Su manera de ser podrá resultarnos chocante pero, indudablemente, al menos en lo que condicionamientos de orden moral se refiere, se complican bastante menos la vida.

Comentarios

  1. Todo es tan relativo, Qarpatian. Cada ojo es un mundo y hay quien, ni bien abierto, mira lo que debería no ver y ver lo que, simplemente, debería disfrutar.
    Feliz día de san Jorge.
    Mi Sonrisa.

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    1. Disfrutar, tú lo has dicho. Siempre he creído que es ahí donde reside la clave de cualquier existencia equilibrada.

      Recibe un fuerte abrazo y..., aunque con cierto retraso, felices lecturas.

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